Formada como profesora de matemáticas hace 30 años, esta destacada docente ganadora del premio Espíritu Duoc UC llegó a Duoc UC en el año 2000 y la mayoría de su carrera en la Institución la ha desarrollado en el horario vespertino, donde siente que ha podido colaborar con el desarrollo académico de personas que, en muchos casos no habían tenido la oportunidad de educarse.

“Esto ha sido para mí lo más significativo en mi labor, porque siento que he podido dejar huellas en las mentes y corazones de muchas personas que de verdad admiro por el esfuerzo que hacen para ser cada día mejor y transformarse en un aporte para sus entornos y el progreso para nuestro país”, dice Solange.

Educar y formar

Casada hace 27 años, con tres hijos y la fortuna de poder disfrutar aún a sus padres, actualmente Solange trabaja en jornada completa para el Programa Transversal de Matemáticas y para la UAP de la sede Padre Alonso de Ovalle como asesora metodológica. Además, imparte cursos como Nivelación Matemática, Habilidades Numéricas, Habilidades del Lenguaje Matemático y Álgebra.

Comprometida con su vocación, dice que lo más destacable del modelo educativo de Duoc UC es que se centra en el desarrollo de capacidades y habilidades personales de los estudiantes en un contexto de constante aprendizaje que debe considerar el aspecto valórico y social para poder aportar desde lo particular a lo global y colectivo.

“Desde esta perspectiva todos tenemos que aprender para ser una pieza relevante en el crecimiento de nuestro entorno social y laboral”, dice la docente.

Por eso, en sus clases siempre promueve el trabajo colaborativo a través de ejercicios grupales. También se preocupa de indagar respecto de las carreras que estudian sus alumnos, de modo de contextualizar los contenidos y así hacerlos significativos para ellos.

“Además, mis propuestas siempre pasan por evidenciar el valor formativo de la disciplina para que los estudiantes puedan descubrir el aporte del conocimiento matemático más allá del contenido mismo”, dice.

Más allá de las matemáticas

Sorprendida y conmovida con el reconocimiento al “Espíritu Duoc UC”, reconoce que lo que inspira su trabajo diario es realizar mis tareas con alegría, responsabilidad, respeto y mucho cariño hacia las personas que son parte de la Institución”, dice.

Y agrega que a lo largo del toda su carrera ha visto pasar muchos estudiantes, cada uno con su propia historia que lo hace especial. Recuerda, por ejemplo, que hace unos 15 años, un alumno llamado Rodrigo le empezó a hacer señas desde afuera para que saliera un momento de la sala donde estaba haciendo clases.

“Salí y vi que me traía una lechuga de gran tamaño que había cortado con sus propias manos. Me la dio repitiendo una frase que recordaba de una de mis clases: ‘se necesitan signos de presencia para descubrir el amor’. Él me había hablado de su emprendimiento y del cariño que ponía en sus cultivos y esta lechuga era una muestra de aquello”, recuerda.

Frente a esto, reflexiona: “No sé si aprendió mucho cálculo, pero sí la lección de la satisfacción que nos entrega el trabajo bien hecho y dejó en mi corazón el saber que los estudiantes valoran mucho a la persona que les enseña… Fue muy emotivo para mí. Dios quiera que Rodrigo y su familia sean personas felices”, cuenta.