La vocación de Juan Carlos Fuentes –ganador premio Espíritu Duoc UC 2022– por el diseño y la educación partió desde muy joven cuando cursó su enseñanza media en la Escuela Nacional de Artes Gráficas, hoy Escuela de la Industria Gráfica. Una vez egresado, en 1986, comenzó inmediatamente a trabajar en imprentas, aunque siempre soñaba con ser docente.

“En mi espíritu algo me hablaba de que debía buscar como llegar a serlo”, Juan Carlos.

Un tiempo después entró a estudiar Diseño Gráfico, se tituló, trabajó en su rubro y en 2008 tuvo la posibilidad de hacer clases sobre el uso de software para diseño en la extinta Academia Mac. La docencia lo cautivó de inmediato y no paró nunca más.

Así llegó a Duoc Plaza Oeste en 2014 y, al año siguiente, a San Carlos de Apoquindo, donde hasta hoy imparte clases en la carrera de Diseño Gráfico. Además, forma parte del equipo de Mentores Adobe de la Escuela y, en paralelo, colabora en la Pastoral de la sede.

“Durante todos estos años mi experiencia en Duoc UC ha sido muy satisfactoria en lo profesional y en lo humano. Vincularme a través de la docencia con los alumnos cada semestre presenta nuevos desafíos que hacen la vida muy entretenida, y me enriquece a diario también en lo profesional como diseñador gráfico. La docencia se ha convertido en un ir y venir constante de aprendizajes”, asegura.

Una fe inquebrantable

Juan Carlos Fuentes junto al equipo de Pastoral.

Con 54 años recién cumplidos, casado hace 26 años y con un hijo ya grande, Juan Carlos cuenta que vive su vida familiar y profesional con un profundo sentido católico, que lo acompaña desde su juventud.

“Estoy en sexto año de formación para ser diácono de la Iglesia Católica en la Escuela del Diaconado Permanente del Arzobispado de Santiago, esto significa que probablemente sea ordenado Diácono el próximo año”, dice emocionado.

Por eso, es un convencido de que, como institución católica, Duoc UC tiene la responsabilidad de formar personas que aporten a la sociedad no sólo con un alto dominio de su profesión, sino que posean una base ética que permita seguir construyendo una sociedad justa y fraterna.

Creo que es fundamental formar desde el ejemplo, con la transmisión de las propias experiencias laborales y personales, pero, sobre todo, tratándolos con respeto y valorando sus capacidades y progresos”, dice el académico.

Reforzamiento positivo a los estudiantes

Con esa mirada, cuenta que en sus clases busca que sus alumnos se sientan a gusto y tomados en cuenta, en un ambiente distendido y donde puedan descubrir sus virtudes tanto profesionales como valóricas.

En mis clases procuro rescatar los potenciales que los estudiantes van manifestando, se los hago saber y los motivo a que pongan ojo en ellos, pero que también tengan presente que nadie en bueno al 100% en todo, que seguramente cada uno tendrá un área en la que se desarrollará mejor”, cuenta.

En este contexto recuerda cuando en un taller de reforzamiento de software abierto a todos los alumnos, asistió una estudiante a la que le hizo clases sólo en primer año y ahora estaba en tercero.

“Yo le recordé lo que le había dicho en clases anteriormente, sobre las grandes capacidades que veía en ella. Y luego me agradeció públicamente por esas palabras, que justo ese día le habían resultado “un empujón” ante el cansancio acumulado. Eso para mí fue una gran alegría”, cuenta con satisfacción.