Hace aproximadamente un mes Daniel Ávila, ingeniero en informática del Duoc UC, se dio cuenta que el plug-in que había creado, que conectaba ChatGPT y otras herramientas de inteligencia artificial (lA) con Visual Studio –el editor de código de Microsoft para programadores– podía ser un negocio.

A diferencia de ChatGPT (que también ayuda a distintos desarrolladores), CodeGPT –como Ávila lo bautizó– une a diferentes plataformas de inteligencia artificial como Al21, Cohere y próximamente Palm, de Google, para ayudar el trabajo de los programadores.

En un comienzo, Ávila comenzó a usar ChatGPT para Box Magic -su propia startup-, una app enfocada en la gestión de gimnasios, centros de boxeo y crossfit para ahorrar recursos. Luego, se dio cuenta de que tenía algunas limitaciones, por lo que decidió crear una extensión en Visual Studio que funcionara de mejor forma.

“En un momento me dije, ¿por qué no usamos a nuestra ventaja esta tecnología? Es súper flexible, funciona con cualquier código, cualquier programa y utiliza lenguaje natural. No tienes que saber programar para usarla, aunque es recomendable tener conocimientos técnicos”, comenta desde Michigan, Estados Unidos, donde vive desde antes de la pandemia.

Ávila decidió publicar el plug-in gratuitamente y “se empezó a pasar el dato”, afirma. A la semana ya tenía 20 mil descargas. «Empezaron a salir videos, me llegaron mensajes desde Japón, Rusia, Alemania, Brasil, Tailandia y Estados Unidos. Se masificó completamente”, agrega.

El programador duocano comenzó con español e inglés, pero después decidió agregar otros 16 idiomas. «Ahí explotó mucho más», confiesa. Ahora tiene más de 280 mil descargas en todo el mundo y tiene el interés de inversionistas en Estados Unidos y Noruega para hacer crecer el proyecto.