La vida de Juan Carlos Santos, docente del programa de Matemáticas de la sede Puerto Montt, ha estado marcada por la vocación y la perseverancia.

Criado en Peñaflor, durante su enseñanza media estudió electricidad en un colegio técnico en la comuna de Talagante. Luego, a los 17 años, entró a la carrera de Pedagogía en Matemática. Y después de tres años de egresado, y ya trabajando en Duoc UC, decidió estudiar Ingeniería en electricidad.

Fue un desafío personal y para retomar un poco el camino que había iniciado en la educación media, aunque a mí lo que siempre me gustó fue enseñar, salir a la pizarra a resolver ejercicios y ayudar a mis compañeros”, recuerda.

 

Educar desde los valores

El docente Juan Carlos comenzó a hacer clases en la Institución hace diez años, apenas egresó de Pedagogía y no ha parado más. Partió en la sede San Carlos de Apoquindo y ha estado en Alameda, Maipú y ahora en Puerto Montt. “De cada una de ellas tengo las mejores referencias de los coordinadores y colegas”, dice con cariño.

Para él, el Espíritu Duoc UC es algo que se vive en cada detalle de su trabajo y por eso este reconocimiento conlleva una gran responsabilidad.

“Como docentes, siempre debemos tener claro nuestro compromiso con los estudiantes y su formación. No sólo debemos enseñarles contenidos, sino que también debemos desarrollar habilidades y actitudes en ellos. El respeto, la perseverancia y la empatía, deben ser parte de una clase, así como la curiosidad y las habilidades vinculados a la resolución de problemas”, asegura con vocación.

Agrega que durante todos estos años ha planificado y realizado sus clases teniendo en cuenta estos principios, entendiendo la docencia como un camino de vida, donde la meta siempre es formar personas para un mundo mejor.

Por eso, durante sus clases siempre se enfoca en entregar a los estudiantes herramientas teóricas y también prácticas vinculadas al desarrollo de habilidades y actitudes, para que puedan desenvolverse en las distintas carreras que han elegido.

Perder el miedo

En este sentido, cree que es clave vincular cada uno de los contenidos con situaciones de la vida cotidiana de los estudiantes y las carreras a las cuáles pertenecen.

“Es necesario que los estudiantes puedan visualizar cuáles son las aplicaciones de la matemática. Cuando he tenido la oportunidad de enseñar a estudiantes de electricidad o construcción, por ejemplo, hemos discutido en clases ciertas situaciones y cada uno de ellos ha tenido la posibilidad de comentar en base a su experiencia profesional o con respecto a lo que aprenden en otras clases”.

Juan Carlos Santos.

Agrega que en todos estos años ha visto crecer y florecer a muchos jóvenes, que luego toman distintos caminos profesionales. Y lo que más lo han marcado son aquellos alumnos que llegan a una asignatura de matemáticas y sienten mucho temor porque alguien los “convenció” que no tenían muchas habilidades para esta área.

“Es muy gratificante ver que esos estudiantes que tenían poca confianza comienzan a avanzar y se sienten muy satisfechos con sus logros académicos. ¡Esa es la mejor recompensa para un docente!”, dice el profesor Santos.