A partir de un replanteamiento en la forma de dictar las cátedras, Duoc UC ha reformulado la dinámica del aula con un nuevo Modelo Instruccional, que implica adecuar la gestión de clases para el segundo semestre y que sentará las bases para los futuros desarrollos académicos, más allá de esta coyuntura sanitaria.


 

Es muy probable que la pandemia generada por el COVID-19 seguirá arrastrando consecuencias culturales y sociales mucho después de su erradicación. Para Kiyoshi Fukushi, Vicerrector Académico, este escenario de incertidumbre que irrumpió en el país a mediados de marzo obligó a todas las instituciones vinculadas con la educación a cambiar los paradigmas y el status quo, además de poner en marcha medidas de urgencia para transitar en el menor tiempo posible a un modelo remoto.

 

Rápida reacción

Apenas el país entró en Fase IV, en cosa de días se deslocalizaron las salas para que los estudiantes pudieran conectarse en algún momento a la clase desde sus casas, se proporcionaron medidas para generar simetrías con aquellos alumnos que tenían limitada su posibilidad de conexión y se capacitó a los docentes para modificar sus estrategias de enseñanza y adecuar los contenidos a una modalidad completamente distinta de conexión con el alumno.

 

El nuevo escenario de aprendizaje trajo inevitablemente nuevas interrogantes, todas ellas relacionadas con la manera en que se ha ejercido la enseñanza y con los parámetros que la han regido históricamente. “Este proceso obligó a poner en cuestionamiento ciertos paradigmas, porque surgieron preguntas en torno a si es realmente necesario para los objetivos de aprendizaje que el docente esté presente durante la clase, una pregunta muy importante y que nos movió a modificar el modelo presencial, que es lo que hemos estado haciendo, y que nos va a guiar para seguir mejorando el proceso formativo”, explica el Vicerrector Académico de Duoc UC.

“Lo que hicimos fue reestructurar las clases, modificar la lógica de ese momento sincrónico en el que se produce el contacto entre el docente y el alumno. Para ello concebimos un nuevo Modelo Instruccional”.

Kiyoshi Fukushi, Vicerrector Académico.

Kiyoshi Fukushi, Vicerrector Académico.

En esos primeros días luego de oficializada la pandemia en Chile, desde la Vicerrectoría Académica se efectuaron los análisis de educación remota y desde la Dirección de Operaciones se tomó como base el buen resultado del Programa Ejecutivo Vespertino (PEV), que considera un alto porcentaje de virtualidad y que además ha sido exitoso en retención y progresión académica.

“Lo que hicimos fue reestructurar las clases, modificar la lógica de ese momento sincrónico en el que se produce el contacto entre el docente y el alumno. Para ello concebimos un nuevo Modelo Instruccional que fuimos armando a partir de una curva de experiencia que nos permitió aprender mucho y que nos entregó las bases para visualizar el segundo semestre de manera distinta, pensando en lo que este nuevo modelo va a significar para el futro”, añade Kiyoshi Fukushi.

 

Cuatro pilares para el aprendizaje del futuro

El Vicerrector Académico también destaca que durante el primer semestre de convivencia con el virus, se pudo demostrar que era posible formar de manera correcta a través de un sistema remoto, que las clases deben ser planteadas de forma diferente, con bloques más acotados, con una planificación distinta y que es necesario generar otros medios para lograr ese trabajo comunitario que es el gran atributo de la formación presencial. Tomando estas certezas, para este segundo semestre el nuevo Modelo Instruccional se organizó a partir de cuatro aspectos relacionados con la definición de los cursos en modalidad remota, con la capacitación a docentes y alumnos, con las tutorías y con entrega de material de apoyo, respectivamente:

> 1. Definición de asignaturas que pueden ser impartidas en su totalidad de manera remota. Aproximadamente corresponden al 70 % de los planes de estudio, lo que implica, como se hizo ya en el primer semestre, capacitación a los docentes para el uso adecuado de la plataforma Blackboard Collaborate. En el caso del resto de las asignaturas que no pueden ser totalmente remotas, se definieron aquellos contenidos que sí pueden entregarse desde la casa y dejar sólo aquellos aspectos técnicos esenciales para una modalidad presencial, cuando las condiciones sanitarias lo permitan.

> 2. Capacitación a los docentes, a través de una empresa asesora externa, para dominar la plataforma Blackboard. Los contenidos se definieron en siete módulos de aprendizaje. La instrucción para los dos primeros módulos se efectuó en julio y para los cinco módulos restantes comienzan a principios de septiembre. En el caso de las asignaturas con componentes que deban ser presenciales, se habilitó el sistema hybrid flex, que permite al docente hacer clases en una sala y, a través de una cámara, transmitir esos contenidos a aquellos estudiantes que no estén en condiciones de asistir de modo presencial. El sistema hace posible además que los alumnos participen desde sus hogares y que el material quede grabado para posteriores consultas.

> 3. Implementación de tutorías, organizadas por sedes, para garantizar un acompañamiento permanente en el proceso. Adicionalmente se dispuso una Mesa de Soporte a las Clases Remotas, que depende de la Dirección de Procesos y Tecnología, desde donde un grupo de 50 operadores sede de los Centros de Tecnologías Computacionales (CETECOM), entregan atención directa a alumnos y docentes frente a cualquiera duda sobre el funcionamiento de Black-board Collaborate.

> 4. Entrega al docente de herramientas didácticas que faciliten su trabajo en el aula, entre ellas capsulas de apoyo que complementen los contenidos instruccionales de las asignaturas remotas. Estas cápsulas serán elaboradas por docentes pares especialmente asignados para esa labor. Esto permitirá descomprimir la labor del docente, compactar en bloques más breves la entrega de contenidos y fortalecer su transversalidad.

Todo este modelo tiene como base un atributo fundamental que es la capacidad de adaptación, no sólo de los estudiantes, sino de la comunidad entera, un valor que quedó confirmado en la velocidad y ductilidad para ajustarse a escenarios indefinidos como el que se está viviendo en estos días.

 

Clave: adaptabilidad

Parte de esa adaptabilidad se relaciona con que Duoc UC ya se ampliaba, como otra opción, hacia modelos de enseñanza no presenciales y semipresenciales y aspectos como el Ambiente Virtual de Aprendizaje (AVA) y la plataforma Blackboard Collaborate, que se habían incorporado como insumos transversales incluso antes del estallido social. “En gran medida hay que reconocer que ya estábamos con un radier que nos permitía poner en marcha estos cambios y lo que hicimos fue comenzar a utilizar de manera distinta las herramientas con las que ya contábamos. Para nosotros eso es precisamente la capacidad de adaptación, está en el corazón de nuestra visión de innovación que hemos aplicado en muchos otros temas y refleja el compromiso de docentes y administrativos por hacer ese cambio suyo también. Contar con ese espíritu ha sido una gran ventaja”, explica Kiyoshi Fukushi.

Junto con las labores operativas para llevar adelante un segundo semestre exitoso en términos académicos, lo aprendido y desarrollado en estos meses debe sellarse con la incorporación y proyección hacia el futuro de esta experiencia.

Al respecto ya hay avances concretos, como el Hospital Virtual, que la Escuela de Salud está inaugurando y que permitirá fortalecer la enseñanza remota, pero la tarea más relevante es recoger las experiencias y aprendizaje en el próximo Plan de Desarrollo. “La importancia de cuestionar los paradigmas sobre los que hemos construido nuestra Institución nos permitirá desarrollar un plan estratégico muy distinto e innovador, que derribe esas barreras que pensábamos infranqueables y expandir el alcance de nuestro horizonte. Evidentemente, la tecnología va a cambiar la presencia del estudiante en la sede, no sólo desde lo administrativo, sino directamente en la forma en que se vincula con el aula. Esto no será sólo incorporar pantallas, será modificar íntegramente el proceso formativo de ahora en adelante”, finaliza Kiyoshi Fukushi

 

LA IMPORTANCIA DE ACOMPAÑAR: EL DESAFÍO DEL TUTOR


 

El desafío de la docencia en el semestre que acaba de iniciarse está en cómo trasladar al área virtual los aspectos que no son puramente disciplinares. La función de los tutores se sitúa en este ámbito, en tanto su labor de acompañamiento tiene alcances que superan lo exclusivamente técnico.

El tutor docente es un igual que acompaña a los otros profesores y no se involucra en los aspectos disciplinares. Se ocupa de colaborar con sus pares, asistirlos en el manejo de las herramientas virtuales y destrabar problemas que puedan ocurrir en el uso del AVA o del CRM.

“Los tutores son apoyos para el Director de cada carrera, que lidera la gestión docente y de alumnos y debe velar por el correcto avance curricular del alumno”.

Ana María González, Directora de Operación y Desarrollo.

Ana María González, Directora de Operación y Desarrollo.

En el caso del tutor de alumnos, el quehacer recae en el Coordinador de Carrera. Cuando existan más de 500 alumnos tendrá una segunda persona y su misión será acompañar al estudiante en la participación de las clases, emitir informe al Director de Carrera o al Jefe de Programas Transversales.

“Los tutores son apoyos para el Director de cada carrera, que lidera la gestión docente y de alumnos y debe velar por el correcto avance curricular del estudiante. Por esa razón, es quien recibe la información que le entregan los tutores al respecto y determina acciones de mejora. Para ello hay un plan de trabajo sugerido sobre cuáles son los aspectos para evaluar, pero a fin de cuentas lo que se busca es apoyar las clases que se ejecutan en las sedes”, indica Ana María González, Directora de Operación y Desarrollo.

En el caso de los tutores de alumnos, para el cumplimiento de ese cometido se les entregará toda la información estructurada y centralizada sobre cada estudiante, de manera que ellos se enfoquen en el trabajo de acompañamiento, que es individual a través de mail, teléfono, chat u otro instrumento relevante.

“La capacidad de adaptación está en el corazón de nuestra visión de innovación que hemos aplicado en muchos otros temas y refleja el compromiso de docentes y administrativos por hacer ese cambio suyo también”.

Kiyoshi Fukushi, Vicerrector Académico.