La huella de carbono, un concepto fundamental en la lucha contra el cambio climático representa de manera sencilla la cantidad de dióxido de carbono (CO2) liberada a la atmósfera debido a nuestras acciones cotidianas. En esencia, este término captura el impacto ambiental de las actividades humanas que contribuyen al fenómeno del Cambio Climático. Su medida se basa en la cuantificación de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) generados y emitidos al entorno. 

El propósito primordial de medir la huella de carbono radica en calcular la suma total de GEI que se liberan directa o indirectamente a la atmósfera. Este cálculo no solo concierne a naciones, regiones y organizaciones, sino también a nivel individual. Al entender nuestra huella de carbono, todos podemos tomar medidas concretas para reducir nuestro impacto ambiental y contribuir al combate del cambio climático. 

 La medición de la huella de carbono es aplicable a una amplia gama de productos y actividades. En el caso de productos, el cálculo contempla las fases de obtención de materias primas, fabricación, transporte y gestión de residuos. Para los individuos, la medición abarca acciones de la vida diaria, como el desplazamiento en automóviles, aviones, trenes y otros medios de transporte. 

 Las emisiones se dividen en tres categorías principales: 

  • Emisiones Directas (Alcance 1): Estas son las liberaciones de GEI provenientes de fuentes que una entidad posee o controla directamente. Esto incluye el consumo de combustibles fósiles en equipos móviles y fijos, así como fugas no planificadas en sistemas de climatización y similares. 
  • Emisiones Indirectas por Consumo de Energía (Alcance 2): Corresponden a las emisiones de GEI relacionadas con el uso de electricidad y/o vapores generados por terceros. Estas emisiones están vinculadas al consumo energético de una entidad y a menudo están relacionadas con la electricidad comprada. 
  • Otras Emisiones Indirectas (Alcance 3): Este tipo de emisiones abarca todas aquellas que no están bajo propiedad o control de una entidad. Incluyen aspectos como el transporte de empleados, viajes de trabajo por aire o tierra, transporte de materias primas, gestión y transporte de residuos, y más. 

 En resumen, la huella de carbono es una herramienta crucial para comprender y abordar el impacto ambiental de nuestras acciones en la Tierra. Su medición nos empodera a nivel individual y colectivo para tomar decisiones informadas y responsables que contribuyan a la preservación del planeta y la mitigación del cambio climático. 

*Fuente: Biblioteca Nacional de Chile / Documento Asesoría Técnica Parlamentaria: Huella de carbono por persona en Chile / Enero 2020