Conozca las grandes propiedades físico-mecánicas de este resistente material.


 

Por Sergio Olmos Vásquez, docente de la Escuela de Construcción de Duoc UC, sede Maipú.

 

La industria de la construcción tiene una importancia fundamental en el desarrollo económico de nuestro país, con cerca del 7,2% del PIB, aportando al empleo un 10,6% de la fuerza laboral. 

Pero este gran aporte que realiza la construcción no se refleja en la productividad laboral si la comparamos con otras industrias, pues es 35,5% menos que la de toda la economía. 

Las causas que afectan esta baja productividad laboral son varias. Una de ellas es la baja capacitación de los trabajadores del sector. 

También la economía ha experimentado en los últimos años un fuerte aumento en la demanda por construcción y adquisición de viviendas, las cuales, como consecuencia de un mercado cada vez más exigente y un marco regulatorio más estricto, han venido perfeccionando su estándar de calidad y diseño año a año, tanto las viviendas con subsidios estatales como las de inmobiliarias privadas.

Como consecuencia de lo anterior, la albañilería de ladrillos cerámicos industriales se ha posicionado como una de las soluciones favoritas de constructoras y propietarios finales, gracias a sus ventajas estructurales, constructivas, confort, excelente comportamiento frente a sismos y alta valoración como solución sólida y segura.

Debemos entender como albañilería al material estructural que se obtiene con unidades de albañilería ordenadas en hiladas según un aparejo prefijado y unidas con mortero (NCh 1928 of. 1993), siendo estas unidades de albañilería en ladrillo cerámico, bloque de hormigón u otros.

Por lo tanto, de acuerdo a la definición de la norma NCh 1928, nos referiremos solamente a los ladrillos cerámicos que conforman una albañilería.

 

Ladrillos

De acuerdo a la literatura, la arcilla es una roca sedimentaria compuesta por agregados de silicatos de aluminio hidratados procedentes de la descomposición de rocas que contienen feldespato, como el granito. Presenta diversas coloraciones según las impurezas que contiene, desde el rojo anaranjado hasta el blanco cuando es pura.

El ladrillo cerámico o de arcilla se define como unidades cerámicas, generalmente rectangulares, que son obtenidas por moldeo, secado y cocción a altas temperaturas de una pasta de arcilla, que es la materia prima de este.

Luego encontramos dos tipos de ladrillos según su fabricación; los ladrillos hecho a mano y los ladrillos hecho a máquina.

Las normas chilenas especifican su alcance y campo de aplicación para los ladrillos industrializados o hecho a máquina, pues estos se pueden ajustar a las normas y requisitos. Los ladrillos hechos a mano no presentan los mismos niveles de exigencias y estándares de calidad, por tanto, las normas no se refieren a estos, aunque muchas de las propiedades y características son similares.

Los requisitos normativos del ladrillo industrial en Chile deben cumplir con los requisitos establecidos en la norma NCh 169. En dicha norma, los ladrillos son clasificados de acuerdo con la clase; si son ladrillos MqM (macizo), MqH (hueco) o MqP (perforado). Según el grado, se clasifican en grado 1, 2 o 3, según el valor de resistencia a compresión, absorción de agua y adherencia con que cumplan. También se clasifican según su uso, el cual depende de si son ladrillos que van sin revestimientos, es decir, con sus caras a la vista (V), o si, en su defecto, van revestidos (NV) con algún material. 

Adicionalmente, existen dos normas de diseño para albañilerías que establecen requisitos adicionales para las unidades cerámicas, la NCh 1928 Albañilería Armada – Requisitos para el diseño y cálculo, la norma NCh 2123 Albañilería Confinada – Requisitos de diseño y cálculo.

La norma NCh 169 que establece una clasificación y los requisitos que deben cumplir los ladrillos cerámicos de fabricación industrial (hecho a máquina), que se utilizan en la construcción de viviendas, edificios y obras civiles en general.

Esta norma no se aplica a ladrillos cerámicos artesanales (hecho a mano), de uso especial, refractarios, vitrificados, esmaltados y ornamentales.

De acuerdo con lo anterior podemos deducir que bajo estas estrictas normas de requisitos (NCh 169) en que se fabrican ladrillos cerámicos industrializados y las normas de diseño para las albañilerías armadas (NCh 1928) y albañilerías confinadas (Nch 2123), la construcción de albañilerías en nuestro país, considerando la sismicidad cumplen de muy buena forma las solicitaciones de los proyectos.

El comportamiento de una albañilería terminada está directamente ligado a tres factores principales: 

a) Propiedades físico-mecánicas del ladrillo: resistencia a la compresión, porcentaje de absorción, resistencia térmica y reducción acústica. 

b) Propiedades físico-mecánicas del mortero: resistencia a la compresión, adherencia y resistencia térmica. 

c) Calidad de mano de obra: si los materiales utilizados cumplen las especificaciones, una correcta ejecución de la albañilería, vale decir, muros aplomados, hiladas niveladas y canterías correctamente rellenas y rematadas aseguran siempre un muro de altos estándares de calidad.

Considerando todos estos aspectos las ventajas de construir albañilería de ladrillos cerámicos industrializados son que es un material muy resistente y de gran durabilidad. Al ser grandes en tamaño, el tiempo de construcción se reduce bastante. 

Requiere menor cantidad de mezcla para pegar los bloques. Las medidas son exactas y uniformes lo que permite construir de manera modular y tener certeza de la cantidad de material necesario. 

Los ladrillos cerámicos huecos proporcionan un elevado aislamiento acústico, garantizando la privacidad en las construcciones y el descanso de sus ocupantes. La variable que determina el aislamiento acústico es la masa por unidad de superficie, es decir que, a mayor masa, mayor aislación acústica. También presentan un excelente comportamiento al fuego.

Se trata de productos sustentables, desde su producción hasta su utilización.

 

*Nota publicada en La Cuarta Constructor.