Entre el agitado andar de transeúntes, la diseñadora también conocida como Vale Clave trabaja con las calles a sus espaldas en obras que rompen pautas y llenan de color espacios de Valparaíso y Viña del Mar. Con un estilo marcado por la caricatura, la artista adapta sus creaciones para plasmarlas en amplios murales y pequeñas pegatinas.


 

Caminar entre fachadas de tonos neutrales presentes en las calles de Valparaíso y Viña del Mar, se distinguen paredes que invitan a interactuar con el entorno que nos rodea. Colores, trazos y figuras llamativas que instalan una galería de arte en medio de los espacios cotidianos, son parte del trabajo que realizan los artistas urbanos de la zona. Una de ellas es Valentina Fuentes Posada, diseñadora que se ha hecho conocida por sus auténticos murales bajo el nombre «Vale Clave”.

Como todos los niños y niñas, Valentina dibujó y pintó. A diferencia de la mayoría, no fueron actividades que dejó a un lado con el pasar de los años; todo lo contrario, cada vez les dedicó más tiempo. Al entrar a estudiar Diseño Gráfico en Duoc UC, comprendió que la explotación de su lado artístico era mucho más que un pasatiempo. «Encontré en este campo dos cosas importantes: una herramienta de trabajo, pero también un mecanismo de expresión. Hay gente que necesita escribir, leer, cantar para sacarse lo que lleva dentro, y yo necesito la pintura”, dice la diseñadora que orgullosamente ha llenado de color las ciudades de la región.

Así, con la pasión por el arte latente, Vale comenzó a descubrir cuál era el sello que quería llevar a sus trabajos. Según lo que ella misma plantea, el inicio fue complicado: «Cuando uno entra a una escuela, los procesos de formarse implican adoptar bases tradicionales de enseñanza, adaptarse a un estándar. Lo digital y minimalista se impone mucho, y yo si bien lo aprendí, sentía que estaba practicando algo que se alejaba de mi identidad», De esta manera fue dándose cuenta que sus gustos iban más por una línea orgánica, análoga, que implicara el trabajo con sus manos. Este momento coincidió con su perfeccionamiento en un mundo que conoció durante su adolescencia: el de pintar en las paredes. Menciona que en su grupo de amigos se comenzaron a juntar en patios a jugar con sprays, sin ningún manejo técnico. «Cuando me invitaron a mí me dio mucha vergüenza, porque yo quise pintar con un pincel”, recuerda, Al conocer el muralismo y buscar profesionalizarse en el área, Vale Clave se encantó con los elementos que se encuentran al hacer arte en la vía pública. «Es un trabajo de harta exposición, de riesgos. La gente opina mientras uno trabaja de cara a los muros y lo asocia mucho al grafiti, pero lo que yo hago es pintura. Es distinto. Planifico, dibujo, me tomo el tiempo, vivo una experiencia tranquila, con permisos”, cuenta la diseñadora porteña.


Animar las veredas
Cuando Valentina se volcó al arte callejero el escenario era distinto al actual: era un rubro poco aplaudido a nivel nacional y había poca presencia femenina. Por lo mismo, la pintora agradece que hasta ahora se ha avanzado tanto en reconocimiento como en paridad, elementos que han favorecido que sus diseños habiten distintos espacios y sean encontrados por personas que los valoran.
En general, los murales son apreciados por tomar la ciudad y su rutina como lienzo e irrumpirla. Reconfiguran los sitios públicos, añadiéndoles historia y vida. Este fin es cumplido con creces por la artista conocida en Instagram como @valeclave, ya que su estilo ligado a la caricatura y a los tonos fuertes como los magentas y amarillos, animan las veredas con una propuesta diferente.

«Mi propio sello es algo que me costó aceptar de mi trabajo, porque soy de la generación del 89. Crecí en una época en que lo más valorado era el realismo, es decir que mientras más se parecía tu dibujo a una foto, eras un mejor artista. A mí nunca me acomodó, sentía que estaba forzando mis creaciones; en cambio, cuando veía monos animados con mi hijo, encontré inspiración en esas ilustraciones, colores y fantasías. Algo que se alejaba totalmente a la tendencia”, revela la diseñadora.

Teniendo también a los videojuegos como su fuente de ideas de creación, Vale Clave -aunque se sentía un tanto adulta para desarrollar un estilo más infantil- decidió ser honesta con sus gustos, y comenzar a inventar realidades en sus dibujos y llevarlos a lo grande de las paredes.


Pintar es atreverse
Valentina Fuentes lleva sus obras a distintas escalas: un mismo diseño puede ser trabajado en lo amplio de una fachada o también en un sticker de pocos centímetros. No tiene miedo a los distintos formatos ni a la dispersión con la que muchas veces busca encauzar sus ganas de expresarse. Para olla en la diversidad está el valor. «No hay por qué hacer siempre lo mismo», asegura.


Este mismo atrevimiento lo lleva a su trabajo como muralista, el que según la artista tiene siempre dos caras: es tanto de alegrías como de temores. «Recorrer las calles y encontrarme con mi arte me produce una mezcla de sensaciones. Obviamente hay mucho de orgullo y satisfacción, pero también cuesta pasar y no ser autocrítica. También siempre está el miedo de ir y encontrarse que lo que hiciste con tanto esfuerzo tiene algo encima, un sticker o un rayado. Al hacer murales hay que desarrollar al mismo tiempo un desapego con tu obra, decir «yo lo dejé así, pero puede que mañana ya no siga igual”. Eso es pintar”, señala, Así, con su hijo como fiel ayudante en las calles, Valentina le da vitalidad a los espacios públicos. Crea un respiro entre el gris de las ciudades y deja que sus pinturas sean una sorpresa para todos: que impresionen a quienes pasen por donde dejó su huella, y que sigan reluciendo para la próxima vez que ella camine por allí.

 

 

*Nota publicada en El Mercurio de Valparaíso